El 1 de mayo es el día internacional de “los trabajadores”, y no como algunos pretenden, del trabajo. Es la reivindicación de la clase más numerosa de la sociedad capitalista en la cual nos encontramos (aunque a muchos no nos guste) viviendo; y no el día del trabajo, con el sentido capitalista que se le reconoce hoy por hoy, trabajo alienante de muchos que produce plusvalía para beneficio de unos pocos. Son los trabajadores los que hacen posible, día a día, que podamos disfrutar la comida que ponemos en nuestros platos; que podamos tener luz, gas, agua y otros servicios que hacen nuestra vida más fácil; los que nos permiten vestirnos con la ropa que produce su trabajo; son en síntesis, los que logran que podamos gozar de una multiplicidad de bienes y servicios que en forma individual nos sería imposible generar. Por ello, no se puede despersonalizar un festejo que tiene un rostro claro: el de los trabajadores.
EL PORQUE DEL 1 DE MAYO COMO DIA DEL FESTEJO
El Día Internacional de los Trabajadores o Primero de Mayo, es la fiesta por antonomasia del movimiento obrero mundial. Desde su establecimiento en la mayoría de países (aunque la consideración de día festivo fue en muchos casos tardía) por acuerdo del Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional, celebrado en París en 1889, es una jornada de lucha reivindicativa y de homenaje a los Mártires de Chicago. Estos sindicalistas anarquistas fueron ejecutados en Estados Unidos por su participación en las jornadas de lucha por la consecución de la jornada laboral de ocho horas, que tuvieron su origen en la huelga iniciada el 1 de mayo de 1886 y su punto álgido tres días más tarde, el 4 de mayo, en la Revuelta de Haymarket. En la actualidad es una fiesta reivindicativa de los derechos de los trabajadores en sentido general, se celebra muchos de los países. Llamativamente, en los Estados Unidos no se celebra esta conmemoración. En su lugar se celebra el Labor Day el primer lunes de septiembre desde 1882 en un desfile realizado en Nueva York y organizado por la Noble Orden de los Caballeros del Trabajo (Knights of Labor, en inglés). El presidente Grover Cleveland, auspició la celebración en septiembre por temor a que la fecha de mayo reforzase el movimiento socialista en los Estados Unidos.
El origen del mundo
Eduardo Galeano, el libro de los abrazos
Hacía pocos años que había terminado la guerra de España y la cruz y la espada reinaban sobre las ruinas de la República. Uno de los vencidos, un obrero anarquista, recién salido de la cárcel, buscaba trabajo. En vano revolvía cielo y tierra. No había trabajo para un rojo. Todos le ponían mala cara, se encogían de hombros o le daban la espalda. Con nadie se entendía, nadie lo escuchaba. El vino era el único amigo que le quedaba. Por las noches, ante los platos vacíos, soportaba sin decir nada los reproches de su esposa Beata, mujer de misa diaria, mientras el hijo, un niño pequeño, le recitaba el catecismo. Mucho tiempo después, Joseph Verdura, el hijo de aquel obrero maldito, me lo contó. Me lo contó en Barcelona, cuando yo llegué al exilio. Me lo conto: él era un niño desesperado que quería salvar a su padre de la condenación eterna, y el muy ateo, muy tozudo, no entendía razones. - Pero papá -le dijo Joseph, llorando-. Si dios no existe ¿quién hizo el mundo? - Tonto -dijo el obrero cabizbajo, casi en secreto- Tonto. Al mundo lo hicimos nosotros, los albañiles.
FELIZ DÍA A TODOS LOS TRABAJADORES!
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