Asesoramiento Jurídico

Problemas de Trabajo - Trabajador/a informate acerca de tus derechos

Consultas sin cargo a trabajadores/as

Sebastián Serrano Alou

Abogado Laboralista de la ciudad de Rosario, Santa Fe, Argentina - Magíster en Derecho del Trabajo y Relaciones Laborales Internacionales, Universidad Nacional de Tres de Febrero

serranoalou@yahoo.com.ar

cel 0341-156369836


Cual es su sueldo y categoría según convenio
Como reclamar que lo registren correctamente
Como reclamar por los aportes a su jubilación
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Como poner fin o evitar malos tratos
Que hacer ante un accidente de trabajo
Como manejarse cuando padece enfermedades
Que derechos le corresponden ante un despido

No deje que lo discriminen y lo excluyan
No permita que le paguen de menos
No se deje maltratar
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27 dic 2016

Desempleo y salud

Pagina12 | Cash

ALERTAS ACERCA DE LA PRECARIEDAD LABORAL
Desempleo y salud
Investigaciones científicas han mostrado que la salud de los desempleados es peor que la de quienes trabajan: enferman más, tienen más problemas psiquiátricos y desarrollan más hábitos y conductas perjudiciales para su salud.

 desempleo vuelve a ser una amenaza para los trabajadores. La tasa de desempleo urbano del segundo trimestre de este año lo evidencia: 9,3 por ciento para el total del país y 11,2 por ciento en el Gran Buenos Aires. Cualquiera sea la fuente de información o el período de referencia que se tome para validar la tendencia de este indicador, la conclusión es que ha crecido. El presente económico del país despierta en la memoria de la población las alertas sobre la evolución del mercado de trabajo. Y aunque los indicadores laborales aún no alcancen los críticos niveles de los años posteriores a las reformas flexibilizadoras de la década del noventa, el desempleo ya comienza a registrarse como uno de los principales motivos de preocupación según diversos sondeos de opinión. No es extraño que el desempleo preocupe a la gente: la sola percepción de amenaza o posibilidad de pérdida del trabajo, genera problemas de salud.  
Estudios sobre los efectos del desempleo entre la población trabajadora dejan algunas lecciones. Un gran número de investigaciones científicas han mostrado que la salud de los desempleados es peor que la de quienes trabajan: enferman más, tiene más problemas psiquiátricos y desa- rrollan más hábitos y conductas perjudiciales para su salud. Las causas de este impacto son diversas según los contextos políticos, culturales y personales. Sin embargo, se destacan algunas explicaciones recurrentes: la falta de ingresos económicos; el aislamiento social y la pérdida de la autoestima; y los comportamientos de riesgo para la salud (consumo de alcohol, tabaco, otras adicciones). 
Una segunda lección de la evidencia acumulada es que en aquellos países que poseen amplia cobertura de seguro de desempleo, éste mitiga los efectos perjudiciales a la salud entre desempleados, mientras que no percibirlo aumenta el daño a la salud. Es decir, cuando se cobra el seguro de desempleo, la salud, aunque empeore, no empeora tanto. 
Estos aprendizajes deberían iniciar una discusión sobre las políticas de empleo y de protección social. Sin embargo, lejos de ello, el gobierno ya insinuó reiteradamente su intención de recurrir al recetario liberal típico para resolver la desocupación: reformar la legislación del trabajo para introducir la flexibilidad laboral. Eso sí, siempre acompañada con pirotécnicas políticas activas de empleabilidad, como por ejemplo, cursos de coaching laboral; o incluso, una vez más, con resonantes propuestas transformadoras del sistema educativo sostenidas en hipócritas críticas de obsolescencia y anacronismos. 

Miedos

Ante estas propuestas vale señalar algunas alertas a partir de la evidencia y conocimiento científico acumulado sobre las consecuencias que tienen la flexibilidad laboral y los procesos de precarización del empleo para la salud de los trabajadores. La precariedad laboral es una manera de regular y gestionar la fuerza de trabajo, propia de la relación salarial bajo condiciones de flexibilidad laboral en economías mundializadas. Las reformas laborales introducen formas de contratación cuya principal característica es su inestabilidad pero no es ésta la única de interés para la salud.
La precariedad laboral es un tema relativamente nuevo en la epidemiología social, no obstante, se sabe que muchas de las causas y mecanismos que inciden sobre la salud en personas precarizadas son similares a los que afectan a quienes están desempleadas. 
Una primera alerta refiere a que la flexibilidad no sólo afecta la salud de los precarizados: quienes poseen empleos estables en aquellas empresas donde se introducen reformas o cambios no deseados por los trabajadores (alteraciones en su horario, lugar, puesto, funciones, jubilaciones anticipadas) empeoran sus indicadores de salud durante dichos procesos. En las reestructuraciones empresariales, aunque no se pierdan empleos, los trabajadores “sobrevivientes” atraviesan, al menos, algunas de las etapas iniciales de procesos destructivos para la salud.
Otra alerta que se puede destacar es que la sola percepción de inestabilidad en el empleo, es decir, el temor a perder el puesto de trabajo, es un riesgo para la salud. Por ejemplo, según algunos estudios anglosajones, entre los trabajadores que tienen temor al despido, la posibilidad de sufrir trastornos psíquicos es tres veces más alta y el riesgo de sufrir un infarto de miocardio aumenta un 35 por ciento respecto a quienes no se sienten amenazados.
Tercera alerta: los contratos temporales exponen a los trabajadores a riesgos laborales que aumentan la posibilidad de sufrir lesiones por accidentes de trabajo. Así, los empleados temporales, poseen tres veces más riesgo de padecer accidentes laborales y dos veces más de morir en esos accidentes,que aquellos con un contrato estable.

Vulnerables

Se han podido identificar algunas dimensiones sociales de la precariedad laboral que se encuentran condicionadas por las relaciones laborales mismas: la estigmatización o discriminación de los trabajadores a partir de la contratación laboral y la forma como ésta sirve para intensificar el trabajo de los precarizados y, de manera indirecta, de los empleados estables. Por lo tanto, la indefensión y vulnerabilidad de los trabajadores precarios hace que el sentimiento de temor sea el elemento decisivo en la relación laboral. Un estudio realizado en España demostró que la posibilidad de padecer peor salud mental era dos veces superior entre los trabajadores más precarizados respecto a quienes no lo eran. 
La cantidad y la calidad del trabajo reflejan, entre otros, los logros sociales de un país. Y, muy en especial, si se considera el tipo de derechos laborales de quienes están en peor situación: las clases sociales más desfavorecidas, quienes tienen un menor nivel de estudios, las ocupaciones menos cualificadas, las mujeres, los jóvenes y los inmigrantes. La ausencia de políticas económicas y de empleo que protejan el trabajo y sustenten relaciones laborales justas y dignas, es un gesto de complicidad con el deterioro de la salud colectiva y el aumento de las desigualdades en salud. La situación de desempleo, desprotección y precariedad laboral no es producto de las oportunidades perdidas por quienes no pueden trabajar, sino, sobre todo, de la orientación política de un gobierno. Ni la elección de esas políticas es inocente ni sus consecuencias sobre la salud son inocuas. Cuando eso ocurre, cuando las políticas de algunos dañan la salud de la mayoría, la participación social para cambiarlas se convierte en una necesidad urgente.
* Profesor del Grupo de Estudios en Salud Ambiental y Laboral (GESAL), Departamento de Ambiente y Turismo, Universidad Nacional      de Avellaneda.

21 dic 2016

Flexibilización laboral, mal negocio para las pymes

Por Ariel Aguilar *
Aunque parecía una discusión superada en estos años, se ha vuelto a instalar en diferentes espacios económicos y hasta productivos el tema de la flexibilización laboral. Sobre todo desde que el Gobierno puso sobre la mesa la discusión de los convenios laborales, su supuesta antigüedad y a partir de ello, la imposibilidad de ganar mercados externos y ser competitivos en un mundo cada día más tecnológico.
La realidad indica que en estos años se han renovado los convenios de muchas ramas laborales, y al mismo tiempo los trabajadores recuperaron derechos que les habían sido arrebatados en 1976 con el inicio del “industricidio” y su recaída democrática en la década del 90.
También fueron creciendo las pequeñas y medianas empresas en ese círculo virtuoso que genera el trabajo, la producción y el consumo del mercado interno. Para citar un ejemplo, la cámara de las manufacturas del cuero en los 90 no discutió una sola paritaria. Sin embargo, al finalizar la década, no quedaban más de 60 o 70 empresas de nuestro sector.
Para finales de 2015, con años de discusiones entre cámara y sindicato llegaron a ser más de 400 las empresas en actividad. Esto pasó en casi todos los sectores productivos, y eso explica la creación en estos años de 200.000 pymes, llegando a un total de casi 800.000 en todo el país, las cuales generan el 80 por ciento del empleo en Argentina.
Quienes somos empresarios pymes no debemos caer en la trampa de pensar que bajando los costos laborales ganamos en competitividad. En primer lugar, porque esa competitividad se piensa hacia mercados internacionales que hoy es muy difícil ganar. No solo por temas que tienen que ver con los costos internos, sino porque nos encontramos con un mundo más vendedor que comprador. A la mayoría de los países les están sobrando mercaderías, y por supuesto, van a entrar a los países que más decidan abrir sus fronteras.
En segundo lugar, porque muchos países están apostando a fortalecer su mercado interno, y en ese contexto, es fundamental tomar decisiones políticas para que nuestro mercado interno vuelva a crecer, y no es justamente bajando los salarios o quitando derechos a los trabajadores como vamos a recuperar el consumo.
Más allá de tratar el tema de la flexibilización laboral en términos de inclusión de derechos y de crecimiento colectivo, es una cuestión de supervivencia para nuestras pequeñas y medianas empresas, que en su gran mayoría viven del mercado interno. Si los trabajadores siguen perdiendo poder de compra, van a ir cerrando cada vez más empresas que se sumarán a las poco más de 2000 pymes y a los más de 6000 comercios que cerraron durante este año.
Por supuesto hay que discutir competitividad y ahí tenemos que hablar, por citar un ejemplo, de la tremenda carga tributaria que tienen las empresas. También de los costos financieros y de logística. En el valor final de un producto, el costo de producción en muchos sectores llega a ser del 20 al 25 por ciento. Ni los trabajadores, ni las pymes son formadores de precios.
La pérdida de poder adquisitivo o de derechos de los trabajadores puede ser una buena noticia para algunas empresas en lo individual pero una muy mala noticia para el conjunto de las pymes. Discutir redistribución del ingreso es lo que nos hizo crecer en estos años. No caigamos en la trampa de creer que la flexibilización laboral nos hará más competitivos. Ya conocimos esa receta y fue la peor etapa para las pymes.
* Presidente CIMA. Dirigente de la Cgera.
Fuente: https://goo.gl/xNHM6j

2 dic 2016

Trabajar menos horas es mejor

TRABAJAR MENOS HORAS ES MEJOR: 

*Genera más empleos al repartir las horas de trabajo entre más personas
*Permite que los trabajadores/trabajadoras dispongan de más tiempo para su desarrollo personal, familiar y social
*Mejora la actitud de los trabajadores/trabajadoras y su rendimiento, al tiempo que disminuye los riesgos de accidentes y/o enfermedades del trabajo

Suecia abraza la jornada laboral de 6 horas debido a sus grandes beneficios


Una de las medidas económicas estrella de François Fillon, el candidato conservador para las próximas Elecciones Presidenciales francesas y más que probable sucesor de François Hollande en el cargo, es la de acabar con las 35 horas laborables a la semana. Para Fillon y sus seguidores, el hecho de que los franceses trabajen 7 horas al día los convierten en menos competitivos.
Pero no todo el mundo en Europa piensa así. Aunque en la mayoría de los países del Viejo Continente la jornada laboral dura 8 horas -menos en España, que dura 9 o 10- hay naciones que están estudiando o que han implantado horarios incluso más reducidos.Como Sueciaen donde se está experimentando con las 6 horas al día de trabajo. El objetivo es que los trabajadores sean más felices y por lo tanto, más productivos.
Algunas empresas como Toyota ya hicieron este cambio hace 13 años, con resultados tremendamente positivos: el absentismo prácticamente ha desaparecido, se fabrican más coches que nunca y los beneficios económicos se han disparado.
Otras compañías, como Filimundus -una desarrolladora de aplicaciones para móviles de última generación- han aprobado el nuevo horario el año pasado. En declaraciones concedidas a la revista FastCompany, su CEO asegura que las 8 horas diarias de trabajo “no son efectivas”. Para Linus Feldt, “estar centrado en una tarea 8 horas es casi imposible. Para poder hacerlo, hay que realizar pequeños descansos, y además este horario interfiere con la vida personal de los trabajadores”.
Para poder implantar con éxito las 6 horas de trabajo, Feldt impuso una serie de normas de obligado cumplimiento, como evitar las reuniones innecesarias, que los empleados consulten las redes sociales en la oficina y que en general, no pierdan el tiempo. “Mi impresión es que ahora la plantilla se puede centrar en hacer una tarea y tienen más fuerza. Además salen de la oficina con energía para hacer cosas con sus familias”, explica Feldt.
En el país escandinavo no solo las empresas privadas pueden optar por este cambio. También algunas organizaciones públicas están probando a trabajar 6 horas, como las enfermeras de centros de mayores. En un geriátrico de Gotemburgo se llevó a cabo un experimento en el se mantuvo el salario a la plantilla de cuidadoras eliminando dos horas al día de trabajo. Y los resultados fueron destacables: el trato y el cuidado a los pacientes mejoró, haciéndose más personalizado y agradable. Además, la decisión ha creado 14 nuevos puestos de trabajo, ya que las horas ‘perdidas’ han de ser cubiertas por nuevos empleados. 
La autoridades suecas quieren promover el cambio además de para aumentar la satisfacción y la felicidad de sus ciudadanos para mejorar su salud. Muchos de los trabajadores que ahora salen antes tienen tiempo para cocinar con esmero o para hacer deporte, dos conductas que favorecen la buena salud. Además, con este nuevo horario, se evitan las horas punta y disminuyen los atascos, ya que son las empresas las que deciden a qué hora se entra y a qué hora se sale. Se acabaron los embotellamientos masivos porque todo el mundo quiera llegar a la ofician a las 9 de la mañana o salir a las 18:00.

Fuente: Yahoo